SERVICIO O NEGOCIO

Perito Caligrafo Madrid, Grafologo, ARD Gabinete Pericial Caligrafico, Alberto Repiso Diez

Perito Caligrafo Madrid, Grafologo, ARD Gabinete Pericial Caligrafico, Alberto Repiso Diez

Es muy probable que muy pocos conozcan a Harry Gordoon Selfridge, Jhon Wanamaker y Marchall Field, pero seguro que todos somos capaces de reconocer su máxima: el cliente siempre tiene la razón.

El caso de la pericia caligráfica y algunas otras profesiones hace que nos replanteemos este lema, pues en cualquier negocio se necesita que la subjetividad lo impregne todo para hallar la satisfacción del cliente. Es decir, yo como particular puedo acudir a un establecimiento y dejarme aconsejar por el vendedor para escoger aquello que más me convenza, por marca, precio o calidad.

Por lo tanto podríamos concluir que el entorno de trabajo ideal para el perito es la insaculación. De hecho, cuando comento que me dedico a la pericia caligráfica, suelen pensar que soy funcionario; pero ¿por qué piensan en un funcionario como perito calígrafo? La respuesta está en el sentido común. La gente cuando plantea esta cuestión piensa en procedimientos que llegan directamente del juzgado para ser estudiados en entornos laborales rigurosos y objetivos. Muy diferente al que viene al despacho, recela de consejos y sólo queda conforme si se le da la razón.

Por lo general, en estos casos se utiliza la vocación para exponer de modo pedagógico lo referente a su caso, pues de lo contrario obviará la consulta como estudio preventivo, ya que el cliente descartará todo lo que no sea presentar un escrito favorable. De hecho, hay quien necesitando el informe todavía lo menosprecia, pues incluso llegan a sugerir que la entrega de una hoja que refleje las conclusiones del estudio es suficiente. De ahí deduzco, que erróneamente hay personas que piensan que un estudio escrito sirve para sostener un pleito, en vez de la herramienta que le permita ponerlo fin de manera exitosa, lo que sucederá siempre que el trabajo haya sido realizado con una metodología convincente y correcta conclusión.

Si nuestro trabajo se redujese a inclinarnos hacia lo que el cliente desea, no tendría sentido las investigaciones, la formación recibida, o el hecho de trabajar en la justicia, pues a todos los efectos sería como si el interesado escribiera directamente las conclusiones de las formas más variopintas.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que las cualidades necesarias para trabajar en procedimientos judiciales, deben de ser redobladas en los casos particulares, es decir, aspectos como la objetividad no se deben de mantener únicamente por credibilidad profesional, sino también en beneficio del cliente, pues debemos de hacerle comprender que un informe falso puede tener consecuencias, ya que alargará el proceso, probablemente en perjuicio suyo, pues el trabajo necesitará de demasiadas explicaciones, en comparación con el informe fidedigno.